Una estampa del fundador del Opus Dei, Josemaría Escrivá de Balaguer, introducida en el sobre electoral de un votante de ERC, ha acabado provocando que la formación independentista se haya quedado a un voto de conseguir representación en el Ajuntament de Girona. Un voto... un solo voto para conseguir el 5 por ciento que les abriría las puertas del consistorio de Girona en detrimento de las CUP, que hubiera pasado de 3 a 2 concejales.

La Junta Electoral Central ha decidido que “un voto que incluya una estampa religiosa no puede considerarse válido”. Me recuerda lo sucedido a cuando el partido comunista gana en un pueblo de Italia por un voto y una monja se va a confesar:

- Padre, me confieso porque que el partido comunista ha ganado gracias a mi voto.

- ¡Menos mal, hija mía, pensaba que había sido por el mío!

Si lo del voto de Esquerra con la estampita es cierto, el asunto es curioso. Surgen varias preguntas:

- El votante ¿es de Esquerra?
- El votante ¿es del Opus?
- El votante ¿es de Esquerra y del Opus?
- ¿Ha sido un milagro del santo?
- ¿Es una nueva estrategia electoral de los ‘indignados’?

¿Quién les iba a decir a los de Esquerra que abogarían por validar un voto con la estampa del fundador del Opus, del burrito sarnoso de Dios. Un solo voto. Seguramente quien lo introdujo en la urna debe de cantar el himno del Opus, ‘Anda borrico’, referido a Esquerra:

“¿Dónde va el carro vacío, dónde va sin carretero, sin estrella y sin camino, dónde va?

“Va sin rumbo por los riscos, sobre el eco del barranco. ¿Dónde irá el carro vacío, dónde irá?”