07/04/2011
08:33
Caraduras
Miquel Giménez
Dicen que hay que recortar en sanidad. Dicen que hay que recortar en enseñanza. Dicen que hay que recortar en prestaciones sociales. Lo dicen los políticos de aquí, de allá, de todo. La realidad, sin embargo, es que estos son los perros que ladran defendiendo el gran capital, la banca, los poderes financieros internacionales que provocaron esta crisis y que se han hecho la barba de oro especulando.
¿Saben por qué la clase política defiende tanto a la banca y tan poco al trabajador? En resumen: porque gracias a los banqueros y a nuestros impuestos los políticos viven de cojones. No es una frase hecha, no es fruto de la mala leche. Es algo fundamentado en datos. Helas aquí:
Para poder jubilarse con todos sus derechos, de momento, cualquier trabajador o trabajadora necesita 35 años trabajados, un diputado, con sólo siete años en el cargo, se jubila con todas las de la ley.
Cualquier ciudadano o ciudadana puede optar a tener una pensión máxima de 32.000 euros anuales como mucho, y eso en el caso de haber cotizado el máximo un montón de años. En cambio, los políticos tienen pensiones vitalicias que pueden superar los 74.000 euros anuales con el plus, que no son incompatibles con otros sueldos de la administración ni con ninguna otra actividad económica, lo que, por el contrario, sí se aplica en el caso de ustedes o de un servidor.
Cuando quieren apretarnos más con impuestos, ¿saben cuál es la retención de los sueldos de las nóminas de diputados y senadores? ¿No? Pues es de un 4,5 por ciento.
¿Saben que con nuestros impuestos pagamos las vacaciones al presidente del Gobierno central, que es el único presidente de toda la Unión Europea que carga sus gastos vacacionales a cargo de los Presupuestos Generales del Estado y, además, viaja con un mínimo de cien personas a lo largo de tres semanas?
Ya no hablo de corrupción, de nepotismo, de malversación del erario público. Hablo de cosas que salen en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Negras tormentas se acercan. Porque esto no puede continuar más. ¡Muera el mal gobierno, a la calle!