Felicito a la Asamblea Nacional de Cataluña por el concierto del sábado en el Camp Nou. Por fin, el movimiento independentista ha dejado claro que el eufemismo del derecho a decidir es eso, un eufemismo. Que realmente su objetivo es la independencia. Es su opción. Después de meses mareando la perdiz, por fin se han quitado la careta y dejaron de confundir a los ciudadanos con proclamas vagas y enredos lingüísticos. En el Camp Nou, el llamado Concert per la Llibertat era el Concert per la independència.

Quizás por eso, el gobierno de Cataluña acudió a la cita pero abandonó todo protagonismo. Sabe de sobra que la consulta por la independencia en 2014 es una promesa difícil de cumplir. Ni Mas, casando a su hija tras una capea en Menorca, ni Duran, alegando compromisos previos acudieron a la cita.

La máxima representación gubernamental corrió a cargo de la vicepresidenta, Joana Ortega, que se volvió a disimular la independencia bajo el derecho a decidir. Quiso disimular lo evidente. La agenda del gobierno de la Generalitat está marcada por la Asamblea Nacional de Cataluña. El sábado hizo una manifestación de fuerza. Para el 11 de setembre de este año hará otra. Con el inestimable apoyo de los medios públicos -TV3 ha pasado de “la teva” a la “només d’uns”-, la Asamblea empezará a recoger firmas a favor de la Declaración Unilateral de la Independencia. Es el siguiente paso que Mas tendrá que abordar. Y no lo hará en el mejor momento de CiU. El caos de la federación nacionalista va camino de seguir agudizándose. Mas tiene a su partido en estado de shock.

El sábado fue un acto de fuerza del movimiento y algunos artistas tuvieron sus momentos estelares. A pesar de representar el mundo de la cultura, algunos demostraron su incultura cuando identificaron los recortes con la actual situación política. Eso tan cacareado por los independentistas que se resume en “con la independencia tendremos más dinero, no existirán recortes, el paro será inexistente y viviremos más”, como decía el último programa electoral de CiU. Estos son los mismos que anunciaron a bombo y platillo que renunciaban a su caché por patriotismo pero que han ocultado que no han dejado de lado los derechos de autor. Cobrarán el 10% de la taquilla y se repartirán los beneficios de la comercialización. La cartera siempre es lo primero. Lo dicho, la Asamblea Nacional de Cataluña deja las cosas claras después del concierto. El derecho a decidir es independencia. Al menos, las cosas están claras.