Artur Mas comparecerá el día 31 en el Parlament para dar explicaciones sobre el caso Palau. No será una puesta en escena con glamour. No será de esas apariciones cargadas de esa épica que tanto gusta al president, porque las cloacas no tienen épica.
No se hagan ilusiones. El president nos contará su versión, que no tiene que coincidir con la verdad. Ya se vieron sus intenciones cuando se refirió a la comparecencia de Rajoy sobre el caso Bárcenas. Hay que ir aunque sea para repetir lo de siempre, vino a decir el máximo responsable de la Generalitat.
Con este traje de faena, seguiremos sin saber por qué CDC firmaba convenios con el Palau para promocionar el canto. Seguiremos sin saber si Àngel Colom, actual miembro de la ejecutiva nacionalista, recibió dinero de Millet para pagar su aventura del Partit per la Independència y quién le sugirió que se reuniera con él. Seguiremos sin saber quién pagaba las facturas de las campañas electorales. Seguiremos sin saber por qué algunas empresas facturaban al Palau y no al partido. Seguiremos sin saber cuál era el papel de Daniel Osacar, un hombre de su máxima confianza. Seguiremos sin saber si Ferrovial era contratada por su buen hacer en las obras o por su buen hacer en los despachos. Seguiremos sin saber cuáles eran las relaciones entre los saqueadores confesos del Palau y la cúpula del partido que siempre justifica sus actuaciones “per Catalunya”.
Lo que sí sabremos es que el juez no ha actuado con profesionalidad. Lo que sí sabremos es que el Palau no deja de ser una pieza más que mueven manos negras contra ese movimiento altruista que está protagonizando la transición nacional. Lo que sí sabremos es que es una injusticia que la sede nacionalista esté embargada. Lo que sí sabremos es que CDC ha actuado con transparencia y equidad.
La jornada no dará más de sí. Al final de la comparecencia, el gobierno se cogerá unos días de vacaciones. Hay que coger fuerzas para el 11 de setembre. Ahí volveremos a la épica. Nos olvidaremos de que “la merda de la muntanya no fa pudor encara que la remenis amb un bastó”.