Joaquim Gay, presidente de Fomento del Trabajo: "La independencia podría aislarnos"
“Una independencia arrastraría una financiación de la deuda -supongamos de 200.000 millones, el 20% de la deuda española-, pero ¿habrá mercado para esa deuda? Después están todos los tratados bilaterales, por citar algunos de los muchos aspectos que hay que dilucidar. Seguro que el Gobierno catalán, en el caso de que ese proceso se formalizara en un futuro -en cinco, 10, 20 años-, les dará respuesta y explicará en qué escenario nos situaríamos. Por eso los empresarios debemos ser prudentes y solicitar y exigir que para nuestras competencias empresariales necesitamos descartar que no es un paso adelante a no sabemos dónde, sino que hay un compromiso y se controlarán las consecuencias. El proceso de la independencia puede acabar conduciéndonos a un cierto aislamiento, al menos durante los primeros años, y para ese posible aislamiento debes tener un colchón de seguridad, una cobertura, unas garantías de que el sistema funcionará. Si no, la falta de visión de la situación nos desplazaría del resto de economías”.
Son declaraciones de Joaquim Gay de Montellà en
la entrevista que este lunes publica el diario El Mundo. El presidente de Foment del Treball considera que la institución hizo lo correcto al no acudir a la constitución del Pacte Nacional pel Dret a Decidir: “Foment hubiera ido a un acto informativo. Pero finalmente fue un acto constitutivo de una plataforma. Declinamos participar porque necesitábamos saber qué comporta, qué representa. Todo para explicarlo luego a empresarios que tienen negocios en Salamanca, Burdeos, Frankfurt o Nueva York. […] No recuerdo a nadie alarmado porque no estuvieran presentes entidades como el Cercle d’Economia, la Cambra de Comerç, la Sociedad Económica Barcelonesa, RACC… Hay una especial fijación en Foment, y lo celebro porque quiere decir que somos un referente y, justamente por ello, debemos ser más prudentes, no por ganas de distinguirnos”.
En cualquier caso, Gay de Montellà reitera la propuesta que defendió Foment respecto al pacto fiscal: “Se erró con el Estatut que en 2010 nos habría abierto posibilidades para que esta presión en la que todos hemos entrado no existiera. Desde 2011 y 2012 entendemos que nuestra propuesta de pacto fiscal es un camino muy equilibrado al que todos nos podríamos apuntar. Sería un inicio serio para establecer compromisos por parte del Estado y de Cataluña. Se tendría que haber hecho en 1980, pero cuando se le ofreció a Cataluña, por la razón que fuera, no se adoptó, cuando nos hubiera acercado al camino del País Vasco”.